Leyenda de la Llorona

La Llorona de Radius Zero
La Llorona de Radius Zero

 

La llorona vaga en la oscuridad de la noche, se la ha visto vestida de blanco, con los cabellos alborotados, gimiendo… Dicen que a veces se le aparece a aquellos hombres que engañan a sus esposas, en oscuros callejones, como reprimenda a su falta. Otros la vieron vagar junto a las aguas, buscando a sus hijos.

 

De los amores de una bellísima indígena y un español habla la leyenda de la llorona. De un corazón roto y una traición, de locura y arrepentimiento. Una herida abierta y un llanto que aún resuena en la noche, el llanto de la Llorona que su destino pena.

 

Ella era hermosa, joven, algunos dicen que era tan bella como pobre su cuna. Fijo sus ojos en ella un hidalgo español que la enamoro y la hizo suya sin desposarse con ella. Vivieron su romance durante años y de su unión nacieron 3 hijos que ella cuidaba sola, ya que el hidalgo no vivía con ellos y solo pasaba de visita a ver a su amante india. Con el paso del tiempo la joven demando al hidalgo que formalizaran su relación ya que quería recuperar el respeto de su gente, que la veía como a una Malinche, pero este le ponía excusas y daba largas a su petición. Él, de alta cuna no podía perder el apoyo de su familia por casarse con una pobre indígena por lo que no estaba en sus planes desposarla.

 

Un día el hidalgo anuncio que marchaba para España por cuestiones políticas y que tardaría un tiempo en volver y le prometió mandarle aviso de su retorno por sus contactos. Ella le reclamo desesperada que antes de partir la hiciera su mujer, por ella y por sus hijos pero él se negó en rotundo y partió, dejando a su amante desconsolada. Habían pasado un par de años desde la partida del español cuando esta recibiera noticias de él por unos vecinos. Le contaron que venia de regreso de España, que allí había contraído nupcias con una mujer de alta sociedad castellana pero que no tenían hijos. Le contaron que estaba al llegar a la ciudad y que este pretendía arrebatarles a sus hijos, llevárselos a vivir con él a su hacienda para tenerlos cerca ya que su mujer no había podido concebir aún.

 

Al oír esto la india quedó desconsolada, enloqueció llena de dolor por la horrible traición de aquel que amaba y en ese brote de locura tomó a sus tres hijos y se los llevó al rio. Allí, en su enajenación, ahogó a sus tres queridos hijos y se quitó la vida ella misma. Desde ese día su alma pena por sus hijos, arrepentida por sus actos, amargada por la pérdida y el corazón roto por la traición.

 

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